Año 2020: la UMOFC en salida.

Queridas amigas:

por la gracia de Dios iniciamos un nuevo año de vida. También la UMOFC está llamada a dar a luz un nuevo año de vida. Basadas en nuestra larga trayectoria, en nuestra riquísima historia, vamos hacia el 110 aniversario de nuestra fundación que celebraremos durante el 2020. Es un tiempo propicio para nuestro crecimiento. Y como nos requiere el magisterio pontificio actual, la UMOFC en crecimiento significa: “la UMOFC en salida”.

Una salida horizontal, de expansión como el madero horizontal de la cruz, que implica un crecimiento hacia el interior de cada una de nuestras organizaciones y de la UMOFC en sí misma. En primer lugar, ¡qué maravilloso sería que cada mujer perteneciente a nuestra organización se sintiera amada, bendecida, por ser parte de nuestra Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas! Si siempre esto ha constituido una gracia, en este tiempo de redes, de conectividad, la pertenencia consciente y agradecida a la UMOFC es un don aún más precioso. Las invito a renovar la comunicación en el interior de cada organización de forma tal que nos permita comunicar esta gracia a modo de “vasos comunicantes”.

En segundo lugar, el año nuevo nos exige crecer en los lazos que unen a las organizaciones miembros entre sí. ¡Cuánto agradecimiento hemos de dar al Señor que nos regala tan enorme riqueza en el ser y el operar de cada organización! Estamos ante un muestrario de buenas prácticas que nos permitirá, si somos capaces de mejorar nuestra recíproca comunicación, un notable enriquecimiento, una verdadera y eficaz sinergia. Por eso, un paso fundamental en nuestro crecimiento consiste en evolucionar en la manifestación asidua de nuestras experiencias, en el poner a disposición los recursos que vamos generando para que estén, mediante la UMOFC, a la mano de otras organizaciones que los pueden aprovechar. A su vez, es menester mejorar el hábito de nutrirse de lo que paso a paso y siguiendo las huellas del Sumo Pontífice, la UMOFC realiza hoy. Se trata de un dar y recibir para crecer.

Además, la salida transversal de la UMOFC significa un llegar hasta diferentes periferias. Por ejemplo, el salir hacia el ámbito internacional, con una presencia de mayor incidencia en las agencias internacionales en las que estamos formalmente representadas. Nuestro rostro de mujeres católicas se presenta en la CSW64 (la Comisión del Status de la Mujer) en Nueva York, en marzo 2020, coincidiendo con los 25 años de la Cumbre de Naciones Unidas sobre la Mujer (Pekín 1995). La UMOFC, junto a otras entidades, organiza un evento paralelo, para mostrar nuestra responsabilidad en la prevención de diferentes tipos de violencia y abusos contra mujeres y niños. Deseamos que esta salida sea seguida de otras semejantes.

Y si nuestra salida ha de ser hacia las periferias, ¿cómo no tratar de llegar a otras organizaciones nuevas, en cada Región, en cada continente o país, que puedan asociarse a la UMOFC? Más aún, ¿cómo no abrirnos hacia las mujeres de otros credos o que no creen y no conocen el rostro de la ternura de Jesús y la maternidad de la Iglesia? Para caminar en este sentido hemos de intensificar nuestra capacidad de escucha, de diálogo y de alternativas creativas de acción, apoyadas en la oración.

Justamente para poder salir, con la alegría y la fuerza del Evangelio, necesitamos crecer en profundidad y en trascendencia, como el madero vertical de la cruz.

Crecer hacia abajo, en profundidad, significa crecer en nuestra formación. Siendo mujeres formadas a nivel espiritual y desarrollando todos nuestros talentos mediante una capacitación conceptual, actitudinal y operativa, podremos servir mejor a nuestras propias organizaciones y a la Iglesia y la sociedad. Esa es nuestra finalidad: ser co-responsables en la evangelización y el desarrollo humano integral. Es más, el Papa Francisco nos plantea que las mujeres seamos partícipes de la toma de decisiones en la Iglesia y para ello hemos de tener idoneidad.

La UMOFC desea dar un paso adelante en la formación utilizando nuevos caminos. Ya estamos en condiciones de salir al encuentro de algunas exigencias formativas. Lo haremos este año mediante: a) los seminarios on-line, dirigidos cada vez en una de nuestras lenguas; b) la transmisión en streaming (en vivo vía Internet en cada lengua) de los momentos formativos que realizamos por lo general en Roma y c) compartiendo los recursos y materiales que cada organización nos envíe porque considere que con ello puede favorecer la formación requerida por otras organizaciones miembros. Convoco a cada organización a colaborar en el crecimiento en profundidad de nuestra formación.

Y por último, señalo lo más importante, es decir, nuestro crecimiento hacia arriba, hacia la trascendencia que no es otra cosa que nuestro camino hacia la santidad. Este requerimiento no es nuevo, pero en este período de la UMOFC lo tenemos exigido por una de nuestras resoluciones: “eduquemos para responder al llamado a la santidad”. Les propongo este enunciado: “autoeducarnos para educar” en ese llamado. Es por eso que encarecidamente les pido que avancemos en la comprensión y aplicación de la Gaudete et Exsultate dónde tenemos todos los elementos para nuestra autoeducación.

Un particular faro nos iluminará en este sentido en el 2020: Pilar Bellosillo, cuya causa de beatificación y canonización hemos abierto. La vida y la entrega de Pilar, especialmente como presidente de la UMOFC, hemos de conocerla, amarla y tomarla como ejemplo en la medida en la cual pueda fortalecer nuestros pasos en el educarnos para educar en la santidad. Las invito a conocerla más de cerca, a invocarla como intercesora y a expandir su devoción.

¡Cuántas decisiones hemos de tomar si queremos pertenecer a una UMOFC en salida! Para ello, digamos con María, nuestra Madre: “Fiat” y “Magnificat”.

Mensaje de la Presidente general

María Lía Zervino, Servidora