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Arte y meditación - abril 2020

Raffaello Sanzio (Urbino, 1483 - Roma, 1520), Deposición del Cuerpo de Cristo, 1507, óleo sobre madera, cm 184x176, Roma, Galería Borghese.

El día 10, Viernes Santo.

Esta hermosa obra está firmada y tiene la fecha (RAFAEL URBINAS MDVII) en el escalón rocoso de la parte inferior izquierda, lo que demuestra que también fue una obra importante para el pintor.

La obra fue encargada por Atalanta Baglioni para conmemorar a su hijo Grifonetto, que fue protagonista de un episodio de violencia sin precedentes en su ciudad de Perugia. De hecho, en la noche del 3 de julio de 1500 Grifonetto, ayudado por una banda de asesinos, decidió eliminar a los parientes de su propia familia, una de las más poderosas de la ciudad, para ganar poder. Sin embargo, Gian Paolo Baglioni escapó de la masacre y esa misma noche siguió los pasos de Grifonetto, se enfrentó a él, lo retó a un duelo y a su vez lo mató.

Atalanta, doblemente consternada por la violencia causada por el comportamiento de su hijo y su asesinato, pidió a Raffaello, un joven genio de la pintura cuya fama se estaba difundiendo y que ya había pintado un importante cuadro para la familia Oddi de Perugia (ver "Arte y Meditación" del mes de marzo), un retablo para ser colocado en el altar de la capilla que la familia Baglioni tenía también en la iglesia de San Francesco al Prato. La elección temática, inusual para un retablo, se debió a que Atalanta quería que su inmenso dolor de madre quedara para siempre impreso al igual que el dolor de María frente al cadáver de Jesús llevado al sepulcro.

Rafael trabajó con gran tesón en la obra. Prueba de ello es el hecho de que hoy en día todavía tenemos 16 de sus dibujos preparatorios conservados en algunos de los museos más famosos de Europa, cuyo estudio nos dice que la idea inicial era representar un "lamento" sobre el cuerpo de Cristo recién descendido de la cruz y luego pasar en su lugar al tema del traslado al sepulcro.

El gran retablo cuadrado está dividido en dos escenas: a la izquierda está el traslado del Cuerpo de Cristo, ahora sin vida - con la evidencia de las heridas de los clavos, con el intenso pero contenido dolor en los rostros de José de Arimatea, el apóstol Juan, Nicodemo y Magdalena que lo rodean - mientras que a la derecha está la escena del dolor de María, la madre, dolor tan grande que se desmaya y ha de ser sujetada por las piadosas mujeres que la habían acompañado hasta la cruz.

Es interesante ver un dibujo preparatorio reproducido aquí (se conserva en el Museo de los Uffizi de Florencia, mide 289x298 mm y fue hecho a pluma con tinta marrón y trazos de lápiz negro). El hecho de que tenga la cuadrícula significa que Rafael consideró que era la última idea que se reprodujo en el gran retablo, después de tener las proporciones necesarias. En el último momento Rafael decidió borrar la figura de la mujer que vemos en el dibujo entre la Magdalena y el personaje que sostiene las piernas de Cristo. Esto significaba que la escena del cuadro ya no era unitaria, sino que se dividía en dos centros, el cuerpo muerto de Cristo a la izquierda, el cuerpo desmayado (por lo tanto, como muerto) de María a la derecha (obsérvese también la correspondencia en los lados opuestos del cuadro de la mano derecha de Cristo y la mano izquierda de la Virgen).

Y estos dos grupos están conectados por la magnífica figura del joven con la camisa roja y la túnica verde: es de hecho uno de los que lleva el cuerpo de Jesús (grupo izquierdo) pero su cuerpo arqueado hacia atrás por el esfuerzo lo hacen uno con el grupo derecho de las mujeres piadosas y María.

Echemos un último vistazo a este personaje: algunos interpretan que se trata del difunto Grifonetto, parece ser una figura sobrenatural, ya sea por la prestancia de su figura, o por el movimiento de su pelo, que parece estar descompuesto más por una fuerza sobrenatural que por el viento, del que no hay rastro en el cuadro. 

disegno aprile

Contemplando esta escena, sobre todo en los días de Pascua, y en este tiempo tan ensombrecido por la pandemia que tanto dolor y luto ha sembrado en el mundo, dirigimos nuestras oraciones al Señor con las palabras del salmista:

"El que mora en el secreto de Elyón pasa la noche a la sombra de Sadday,

diciendo al Señor «¡Mi refugio y fortaleza, mi Dios, ¡en quien confío!»

Que él te libra de la red del cazador, de la peste funesta;

con sus plumas te cubre, y bajo sus alas tienes un refugio: escudo y armadura es su verdad.

No temerás el terror de la noche, ni la saeta que de día vuela,

ni la peste que avanza en las tinieblas, ni el azote que devasta a mediodía.

Aunque a tu lado caigan mil y diez mil a tu diestra, a ti no ha de alcanzarte.

Basta con que mires con tus ojos, verás el galardón de los impíos,

tú que dices: «¡Mi refugio es Yahveh!», y tomas a Elyón por defensa.

No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda;

que él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos.

Te llevarán ellos en sus manos, para que en piedra no tropiece tu pie;

pisarás sobre el león y la víbora, hollarás al leoncillo y al dragón.

Pues él se abraza a mí, yo he de librarle; le exaltaré, pues conoce mi nombre.

Me llamará y le responderé; estaré a su lado en la desgracia, le libraré y le glorificaré.

Hartura le daré de largos días, y haré que vea mi salvación."

(salmo 90)

Nota personal

El lunes 6 de abril se celebra el 500 aniversario de la muerte de Rafael en 1520 en Roma, cuando sólo tenía 37 años. Y aunque lamento una muerte tan prematura que ciertamente nos ha privado de muchas otras obras maestras, quiero dar gracias al Señor por esta vida que aún hoy nos regala tanta belleza y alegría al corazón.

V.P.