​+39 0669887260 | info@wucwo.org | Contacto

Facebook X Twitter Instagram Youtube 

Arte y Meditación - Febrero 2021

download

Martin Schongauer (Colmar, Francia 1440/5 – Breisach, Alemania 1491), Sagrada Familia, 1480-90, óleo sobre madera de haya roja, 26,3 cm x 17,2 cm, Viena, Kunsthistorisches Museum.

Febrero.

Martin Schongauer es más famoso por su trabajo como grabador de cobre. Produjo unos 130 grabados, y la fama de sus obras, mientras era en vida, fue tan grande que un famoso pintor y grabador como Alberto Durero decidió viajar de Núremberg a Colmar para conocer en persona al artista que tanto le había inspirado. Sin embargo, como en aquella época no existían ni el WhatsApp ni la televisión, cuando llegó a Colmar se enteró de que Schongauer había muerto hacía varios meses.

Son pocos los cuadros que han sobrevivido, y este destaca por su pequeño tamaño, lo que hace pensar que era un cuadro destinado a una casa particular, probablemente a la devoción de una familia burguesa de Colmar o de los alrededores.

La escena es hermosa, en su simplicidad y esencialidad. En primer plano, María sostiene a Jesús en sus brazos. Ambos están concentrados en el racimo de uvas que la madre tiene en su mano. Está cogiendo una uva, para que el pequeño pruebe su sabor. El racimo de uvas se recogió junto con otros que están en la hermosa cesta que se ve en la parte inferior derecha. La casa es pobre pero digna, y está conectada directamente con el establo, donde se alojan un burro y un buey, los mismos animales que, según la tradición, dieron calor a Jesús recién nacido en Belén. José sale del establo con una gavilla de trigo y mira con satisfacción a su familia. Por supuesto, no se nos escapa la referencia eucarística que representan las uvas y el trigo. Es singular que sean el padre y la madre de Jesús quienes lleven en sus manos el doble signo de la presencia y la ofrenda de Jesús (“Tomad, este es mi cuerpo […] Esta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos.” Mc 14, 22b-24) como para significar su importante papel en el plan de salvación.

En esta pequeña tabla no podemos dejar de observar muchos pequeños detalles que nos revelan, por un lado, la gran habilidad del pintor y, por otro, la riqueza de significados que la escena nos ofrece: la elegancia de los pliegues del vestido rojo de María, el libro que descansa sobre sus rodillas, la vivacidad de Jesús, atestiguada en particular por su pie derecho y su mano izquierda, la finura de la representación de los cabellos de María o de la barba de José, la brillantez de los colores parecidos a joyas, el entrelazamiento del cesto de cuerda y el bastón, que es realmente una rama, quizás de haya, la misma madera utilizada por el pintor renano para su tabla.

Contemplemos este pequeño, pero “grande” cuadro; dejémonos envolver por la sencillez de la vida de la Familia de Nazaret, ¡a la que encomendamos nuestras familias!

 

La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, «entró en el servicio de toda la economía de la encarnación», como dice san Juan Crisóstomo.

San Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente «al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa»”.

Papa Francisco, Carta apostólica Patris Corde 1, 8 de diciembre 2020

 

(Contribución de Vito Pongolini)