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Arte y meditación - septiembre 2024

La divina sapienza Luca Giordano NG London

Luca Giordano (Nápoles 1634 - 1705), Alegoría de la divina Sabiduría, alrededor de 1680, óleo sobre lienzo, cm 138,5 x 65,2, Londres, National Gallery 

Las virtudes: la divina Sabiduría 

Luca Giordano fue llamado por el marqués Francesco Riccardi para decorar con frescos algunos de los ambientes realizados para ampliar el palacio florentino que la rica familia había comprado en 1659 de los Medici, sus aliados. Este modelo, o estudio detallado al óleo, es parte de un grupo de 12 que Giordano realizó como preparación de los frescos del techo del Palacio Medici Riccardi en Florencia entre 1682-85. El tema general de estos frescos altamente elaborados y de gran efecto es el progreso de la humanidad por medio de la Sabiduría y la Virtud.

La mayoría de los frescos fueron diseñados para la galería del primer piso, pero nuestra alegoría de la divina sabiduría fue encargada para la biblioteca. Si observamos bien, por el atrevido escorzo y la visión desde abajo hacia arriba, entendemos inmediatamente que la pintura debía adornar un techo. Hay muchos personajes que lo llenan, no todos realizados con la misma definición. No debemos olvidar que nos encontramos ante un modelo, que tiene como objetivo presentar al cliente, en este caso el marqués Francesco Riccardi, el sujeto en su conjunto, para tener un acuerdo definitivo o hacer modificaciones antes de comenzar el fresco. Por esta razón los modelos son generalmente menos elaborados, como sucede en nuestro caso.

Pero ahora enfoquemos nuestra mirada en la pintura. Está dividida en dos, porque la parte inferior se desarrolla sobre la tierra, mientras que la superior se libra en el cielo lleno de ángeles y nubes. Precisamente en el centro del cielo, encontramos una figura femenina en un trono con el globo y el cetro. Representa la Sabiduría y la luz que brilla desde detrás de su cabeza ilumina toda la pintura. Su mirada se pierde en el espacio eterno. Es a ella quién dirige su mirada el único personaje humano que encontramos en la parte inferior de la pintura. Se trata del guerrero arrodillado, que representa al intelecto humano, aquí retratado como un joven liberado de las ataduras de la ignorancia. Es asistido por Matemática, que le da las alas - con las cuales podrá volar hacia las alturas del cielo - y por Filosofía, que le ofrece un espejo - y nos viene a la mente el "conócete a ti mismo" que estaba escrito en caracteres gigantescos sobre el frontón del templo de Apolo en Delfos - y, por último, de Teología, que con la mano derecha agarra el brazo del joven y con la izquierda parece dirigirlo hacia la Sabiduría divina, a la que dirigió su mirada.

Una vez más estamos ante un cuadro relativamente pequeño que encierra ricos significados y que exalta la Sabiduría que viene de Dios.

Y dijo [La Reina de Saba] al rey [Salomón]: «¡Es verdad lo que oí en mi país acerca de ti y de tu sabiduría! Yo no lo creía; pero ahora que he venido y lo he visto con mis propios ojos, ¡no me dijeron ni la mitad! Superas lo que había oído respecto a tu enorme sabiduría. ¡Dichosa tu gente! ¡Dichosos tus siervos que están siempre en tu presencia aprendiendo de tu sabiduría! (2 Crónicas 9, 5-7)

Pues Él posee sabiduría y poder,  prudencia y perspicacia son suyas! (Job 12,13)

Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida.(Salmo 146, 5)

Dios de los padres y Señor de la misericordia,  que con tus palabras hiciste todas las cosas... Dame la sabiduría asistente de tu trono  y no me excluyas del número de tus siervos, porque siervo tuyo soy, hijo de tu sierva,  hombre débil y de pocos años,  demasiado pequeño para conocer el juicio y las leyes. Pues, aunque uno sea perfecto  entre los hijos de los hombres,  sin la sabiduría, que procede de ti, será estimado en nada. (Sabiduría 9, 1;4-6)

Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? (Marcos 6,2)

Pues no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo. Pues el mensaje de la cruz es necedad para los que se pierden; pero para los que se salvan, para nosotros, es fuerza de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el docto? ¿Dónde está el sofista de este tiempo? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo? Y puesto que, en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación para salvar a los que creen. (1 Corintios 1, 17-24)

En cambio, la sabiduría que viene de lo alto es, en primer lugar, intachable, y además es apacible, comprensiva, conciliadora, llena de misericordia y buenos frutos, imparcial y sincera. (Santiago 3,17)

 

(Contribución de Vito Pongolini)