+39 0669887260 | info@wucwo.org | Contacto
Está aquí: Inicio Mensajes Mensaje del Asistente Eclesiástico Mensaje de Navidad del Asistente Eclesiástico
Caminando por Roma, mirando las vitrinas, visitándolas iglesias, contemplando los pesebres y asistiendo a encuentros de oraciones, me encontré con una frase que me llevo a reflexionar acerca del sentido de la Navidad. Esta frase publicitaria dice All you need is make-up (Todo lo que necesitas es maquillaje). Me pregunté entonces, ¿de verdad es esto lo que necesito para vivir plenamente como Dios quiere cuando nace en medio a nosotros?
Queridas amigas, creo que hoy, más que antes, el nacimiento de Cristo desafía nuestras prioridades, nuestros valores, nuestra forma de vida, nuestros amores, nuestra fe. Porque el vivir es más que respirar, estar sano, comer, ganar y trabajar. No hay que olvidar hermanas, que todo partió con el Anuncio que María acogió. Todo continuó con otro anuncio, a José para que no tuviera miedo y no rechazara a María. Todo concluyo con otro anuncio, a los pastores para que se despertaran y sin miedo fueran a Belén a adorar al Salvador. Y en José, como en María y los pastores, reconocemos lo que sucede en la vida de un hombre y de una mujer cuando Dios entra en su historia y cambia su curso. Como ocurre a menudo en la vida, es Dios que toma la iniciativa y ese encuentro da sentido. Y en la tuya, ¿quién tiene la iniciativa?
En esta época de la humanidad, que ostenta el culto a la eficiencia, al estado pletórico de la salud, al éxito sin tregua, al individualismo salvaje, sin darnos cuenta, lenta e imperceptiblemente, hemos ido cayendo en un torbellino de hipocresías, falsedades y vaciedades que tratamos de ocultar bajo el maquillaje existencial que nos acompaña. Año a año celebramos la Navidad, solos o en familia, al lado de quien amo o añorando el amor que ya no está, ¿Pero la celebramos junto a Dios? Para muchos es el momento del año de más ajetreo, ansias, soledades, costos y cansancio. El mismo ajetreo y confusión, que esa noche vivieron José, María y los pastores, son los tuyos, son los nuestros.
En un mundo que margina y excluye a la mayoría de la humanidad, que no considera fundamental la diversidad, la gratuidad, la generosidad, la humildad, la sencillez, la Navidad nos hace poner el corazón justamente en esas personas y en esos valores, como lo hizo María, como lo hacen ustedes mismas. La Navidad puede ser el momento en el que aprendas, al final del año, cuando ya se tiran las líneas del balance final para ver cómo te fue, qué hay que volver hacer partir, qué se puede recomenzar y que hay que volver a intentar. Eres una mujer amada por Dios, nunca claudiques tu corazón, porque junto a Dios no necesitas maquillajes. No vale la pena buscar cosas y bienes para perder el sentido hondo del por qué tú vives y para quienes tú vives.
Hermanas, tenemos que aprender que el Pesebre es una invitación a que tú seas tú, una mujer gratuita, alegre, humilde, generosa, libre, sencilla y valiente. En esta Navidad te invito, de modo especial, no sólo a tomar conciencia de la presencia de Jesús en ti, sino a tomar conciencia del modo de Su estar en ti. Si miras bien tu vida, te darás cuenta que tú también eres pastora de alguien, junto a quien velas, sin calculo ni certezas. Eso es Navidad, reconocer no solo quien es Dios sino quien eres tú para Él y los demás. ¡Dios está contigo y todavía se fía de ti! «Vayamos, pues, a Belén» (Lc 2,15): así lo dijeron y lo hicieron los pastores. ¡También tú! No tengas miedo, ven a Belen. "No temas acompañar a María", renuncia a los maquillajes de la soberbia, violencia, mentira, debilidad y falsedad que te han querido vender. El Pesebre, al cual llegaron los Pastores a adorar a Jesús, es el lugar para que aprendas que tu vida vale, que tiene sentido pleno cuando es un espacio de vida y de verdad para otros. Como mujer, tu estas hoy invitada, con la urgencia del bien a hacer, en una Iglesia que sale hacia las periferias de la humanidad, a detenerte humildemente delante el Nacimiento, adorarlo y salir a amar con la ternura y la misericordia de Dios. Feliz Navidad y nos vemos en Asis.
P. Marcelo Gidi,sj
Asistente Eclesiástico