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Queridas amigas:
hoy tuve la posibilidad de ir a la iglesia de San Pietro in Vincoli, un templo muy visitado ya que custodia las cadenas con que el apóstol Pedro fue encarcelado y contiene la extraordinaria escultura del Moisés de Miguel Ángel. Allí, delante del Santísimo Sacramento, pedí al Señor su inspiración para escribirles a ustedes el mensaje de mayo 2019.
El 13 de mayo, fecha elegida para celebrar la fundación de la UMOFC, cumpliremos por la gracia de Dios 109 años.
Permítanme hacer un sentido homenaje a las mujeres visionarias que en los primeros años del siglo pasado descubrieron lúcidamente la importancia de estudiar los obstáculos de las mujeres en todo el mundo y cómo superarlos. Ellas, uniendo las "ligas de mujeres católicas" de la época, decidieron abordar los problemas sociales juntas.
Ya en 1928, esas mujeres trabajaban en la Sociedad de Naciones en las comisiones de "Trata de mujeres" y "Protección de la infancia", víctimas, en muchos casos, de migración forzada. La misma dedicación fue demostrada cuando ellas se unieron a la ONU (parece que la UMOFC fue la primera organización católica en obtener un estado consultivo allí). Las fundadoras nos llenan de sano orgullo y reconocimiento por haber afrontado las problemáticas que aún hoy hemos de encarar.
Contamos con sus vidas ejemplares y su intercesión desde la Casa del Padre. Recemos por todas las mujeres que nos precedieron y por las jóvenes que nos seguirán. Tengamos presente que este mes se reúne el nuevo Consejo para elaborar el Plan de Acción para este período. Recordemos a los países que más están sufriendo por catástrofes naturales, por trágica explotación, por crisis socio-económicas, políticas y/o por persecuciones a causa de su fe.
Especialmente en este tiempo pascual “ante la « desertificación » espiritual, fruto del proyecto de sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen sus raíces cristianas”- como nos dice el Papa Francisco -estamos llamadas “a ser personas-cántaros para dar de beber a los demás. (…) el Señor se nos entregó como fuente de agua viva. ¡No nos dejemos robar la esperanza!” (EG 86)
Comparto con ustedes dos propuestas concretas: que cada organización elija la fecha del mes de mayo que más le convenga para celebrar el Día de la UMOFC con la hermosa oración elaborada por la Región África,a quien agradezco su aporte (adjuntado nuevamente) y que la colecta que en esta ocasión se suele hacer en beneficio de la UMOFC, este año la destinemos, si así lo disponen ustedes, al proyecto con mujeres indígenas del Amazonas, en Venezuela, para estar en sintonía con el Sínodo que el Papa celebrará en octubre 2019.
Al Secretariado del Sínodo para la Amazonia yahemos presentado el proyecto de FUNDEMUL, organización miembro de la UMOFC, que en base a su experiencia precedente y siguiendo la Laudato Si, planificó talleres con mujeres de la Etnia Warao que está compuesta por aproximadamente 36.000 personas que viven totalmente abandonadas, excluidas de la atención del Estado y corren peligro de extinción por causa de la violencia, la explotación sexual y económica, el hambre, la enfermedad e incluso la trata. Son indígenas cuyas casas se encuentran construidas en las márgenes del río Orinoco, sin servicios. Dada la angustiante crisis humanitaria por la que atraviesa Venezuela, se necesita nuestro apoyo para la realización de dichos talleres.
Les agradezco anticipadamente a todas las organizaciones miembros que, por su oración y/o aporte económico, ayuden a la UMOFC a llevar adelante este proyecto, que concuerda con los anhelos del Santo Padre. Y para comprender mejor que el Sínodo es una valiosa herencia del Vaticano II les recomiendo la lectura de la introducción de Episcopalis Communio (Papa Francisco, septiembre 2018).
Me despido de ustedes con afecto, deseando que se hagan realidad en nosotras, mujeres de la UMOFC, las palabras del Resucitado: “En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros” (Juan 13, 35).