FIDELIDAD A LA IGLESIA, SIGUIENDO SIEMPRE A PEDRO

Mensaje de octubre 2019 de la Presidente de la UMOFC

María Lía Zervino, Servidora

El 1º de octubre celebramos litúrgicamente a Santa Teresa de Lisieux. San Juan Pablo II, al proclamarla doctora de la Iglesia, dijo que ella había recibido del Maestro “la ciencia del amor divino”; es por eso que, en este mes, las invito a dejarnos “contagiar” por el ejemplo de su vida.

A los 15 años, esta joven, con gran audacia, le pidió personalmente permiso al Papa León XIII para entrar en el Carmelo antes de la edad prescrita. El Papa le respondió sencillamente: «Entrarás, si esa es la voluntad de Dios». Ella acogió las palabras del Santo Padre y siguió su camino con absoluta fidelidad. Esta mujer, dejó su huella y aún continúa marcando la historia de la Iglesia.

Coraje y obediencia, fidelidad y alegría, abandono y creatividad en el camino hacia la santidad son algunas de las características de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, propuesta - por todos los sumos pontífices de los últimos cien años - como modelo para la comunidad eclesial y por ello, también para nosotras, mujeres de la UMOFC y nuestras organizaciones.

Deseo encomendar la UMOFC a Santa Teresita para que, los millones de mujeres que formamos parte de esta organización, reaccionemos como ella ante la evangelización que el Sumo Pontífice está impulsándonos a llevar adelante. La comunidad evangelizadora, nos dice Su Santidad, “encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados. El discípulo sabe dar la vida entera y jugarla hasta el martirio como testimonio de Jesucristo, su sueño […] es que la Palabra sea acogida y manifieste su potencia liberadora y renovadora […] siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso adelante en la evangelización” (EG 24).

Para consustanciarnos con la evangelización encarada por el Pedro que Jesús ha querido para nuestros días (Mt. 16, 13,20), creo que necesitamos escucharlo atentamente, ahondar en nuestra formación cristiana y, en consecuencia, actuar con gran docilidad.  

• Escucharlo atentamente: para no caer en las redes de las falsas noticias e interpretaciones producto de fuentes poco fidedignas y muchas veces instigadas por “el padre de la mentira”.
• Ahondar en nuestra formación cristiana: a fin de comprender los fundamentos pastorales, teológicos y dogmáticos en los que se basa el actual magisterio pontificio y su impronta evangelizadora.
• Actuar con gran docilidad: porque como miembros de la Iglesia vivimos un momento en el que se requiere especialmente “la ciencia del amor divino” para lanzarse tras las huellas de Pedro, con audacia y fidelidad.

Por todo ello les propongo que celebremos el Sínodo Amazonía: Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral, como un paso adelante en la evangelización. Podemos prepararnos leyendo el documento preparatorio y el Instrumentum laboris en: http://www.sinodoamazonico.va/content/sinodoamazonico/es.html

Ustedes podrán, si lo desean, seguir de cerca el desarrollo del Sínodo a lo largo de las 3 semanas de duración (del 6 al 27 de octubre) a través de nuestro sitio web, del Newsletter y de nuestras redes sociales (más adelante también escribiremos en La Voz de las Mujeres) porque participaremos en las reuniones oficiales de la Sala de Prensa de la Santa Sede y en alguno de los 130 eventos, que serán celebrados en Roma, promovidos por el proyecto Amazonía: Casa Común; la UMOFC colabora con dicho proyecto así que las mantendremos informadas.

Para finalizar, recordemos que Santa Teresita fue proclamada Patrona de las Misiones, sin haber salido de su convento, en mérito a la profunda fuerza de su oración. Ojalá ella nos “contagie” también la fecundidad de su oración para rezar por el Sínodo y sus aportes misioneros. Imploremos la acción del Espíritu Santo para que la Palabra se encarne en la situación concreta de la Amazonía, dando “frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados”, que manifiesten “su potencia liberadora y renovadora”.

Me despido pidiendo a Santa Teresita nos obtenga de nuestro Padre Dios, la alegría de la fidelidad.