+39 0669887260 | info@wucwo.org | Contacto
Queridas amigas,
“Lo que el Señor nos pide, en cierto sentido, ya está todo contenido en la palabra «Sínodo». Caminar juntos —laicos, pastores, Obispo de Roma— es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no es tan fácil ponerlo en práctica” (50 Aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos), nos decía el Papa Francisco hace cinco años.
Hoy, habiendo experimentado un cambio radical en nuestras vidas y en el modo de proceder de nuestras organizaciones debido a la pandemia, me parece vislumbrar que quienes formamos parte de la UMOFC estamos en el umbral de ese camino sinodal, al cual el Santo Padre nos convocó exhortándonos a encarnarlo como misión de cada uno de los bautizados. En nuestros últimos dos newsletters se han reflejado algunos avances en este sentido.
Quisiera expresar de corazón mi gratitud a aquellas miembros de nuestras organizaciones que han incrementado en estos últimos meses su activa inserción en la UMOFC, rezando y acompañando a las mujeres de los países que más sufren, enviando respuestas a nuestras consultas, escribiendo para la revista, compartiendo sus fotos y reseñas de actividades, asociándose a nuestras campañas por las redes sociales, poniendo a disposición sus historias de vida y participando personalmente en los encuentros virtuales.
El mes pasado les escribí sobre la necesidad de desarrollar una “comunicación para la comunión”, paso previo y condición imprescindible para el desarrollo de la sinodalidad. La SINODALIDAD para la UMOFC significa: poner en diálogo los dones de las diversas organizaciones miembros. ¿Para qué? Para caminar juntas, aprendiendo unas de otras e incrementando los frutos de cada una con el acompañamiento y la ejemplaridad de las otras. Así podremos crecer en la promoción de las mujeres a quienes nos debemos.
Subyace y sostiene esta modalidad de “sínodo”, la espiritualidad de comunión que, como nos explicaba San Juan Pablo II, es la “capacidad de ver ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como regalo de Dios: un « don para mí », además de ser un don para el hermano que lo ha recibido directamente. (…) No nos hagamos ilusiones: sin este camino espiritual, de poco servirían los instrumentos externos de la comunión. Se convertirían en medios sin alma, máscaras de comunión más que sus modos de expresión y crecimiento.” (NMI 43)
¿Por qué no aprovechar estas limitaciones de la emergencia global en que nos encontramos para experimentar la fecundidad y la belleza de “caminar juntas”? Necesitamos crecer en la escucha recíproca, con la conciencia de que escuchar “es más que oir” (EG 171) para aprender individualmente y discernir comunitariamente. Mediante el discernimiento comunitario lograremos responder más adecuadamente a las distintas problemáticas de las mujeres en los diferentes ámbitos geográficos y culturales, siempre que acojamos la luz y la fuerza del Espíritu Santo que en ese discernimiento ha de hacerse patente. Los encuentros virtuales nos facilitarán este avance.
El Padre Gerard Whelan, nuestro Asistente Eclesiástico, enmarcó este período 2018-2022 de la UMOFC, desde su inicio, en el contexto de la enseñanza del Papa Francisco sobre la necesidad de una "Iglesia sinodal" (ver La Voz de las Mujeres N° 48). Él nos señaló el documento de la Comisión Teológica Internacional (CTI) de 2018: “La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia”. Es oportuno que volvamos a reflexionar y rezar este texto con miras al 2022 en que se celebrará el nuevo Sínodo de los Obispos cuyo título es: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.
Sinceramente creo que el Espíritu Santo nos está marcando a las mujeres de la UMOFC, en este preciso momento crítico global, la huella del camino sinodal. Por este motivo hago un especial llamado a todas las presidentes y responsables de las organizaciones miembros, a manifestar por correo electrónico sus sugerencias para compartir proyectos, actividades y situaciones concretas que consideren pueden enriquecer de algún modo a otras organizaciones de la UMOFC. Aquellas sugerencias que más se relacionen con nuestras resoluciones las escogeremos para ser presentadas en próximas reuniones virtuales.
Queridas amigas, nos encaminamos hacia una experiencia de nueva fecundidad en esta inédita celebración del 110 aniversario de fundación de la UMOFC: acojamos al Espíritu Santo que nos impulsa a la SINODALIDAD y confiémosle a María, Reina de la Paz, nuestro compromiso por edificar una Iglesia sinodal.
Con afecto,
María Lía Zervino, Servidora
Presidente General de la UMOFC