Un hospital de campaña para curar a los damnificados y a la creación.

La crisis del Coronavirus no es sólo sanitaria, también repercute en muchos ámbitos: economía, política, nuestro entorno familiar y el de nuestras organizaciones. No estaba presente en los bestsellers de ciencia ficción ni en el imaginario colectivo. Esta crisis global y compleja agrava las penurias climáticas, migratorias, discriminatorias, esclavizantes ya existentes en la humanidad. “Quienes no miran la crisis a la luz del Evangelio, se limitan a hacer la autopsia de un cadáver: miran la crisis, pero sin la esperanza del Evangelio, sin la luz del Evangelio.” (Papa Francisco a la Curia Romana, 21 diciembre 2020).

Me pregunto y les pregunto, como miembros de la UMOFC: ¿Qué significa mirar la crisis a la luz del Evangelio en el inicio del 2021? A mi modo de ver, significa hacernos cargo de las heridas de quienes nos rodean o están a nuestro alcance, para tratar de curarlos, con los medios que tenemos a nuestro alcance y potenciando nuestras acciones mediante lazos de hermandad con las otras organizaciones de la UMOFC.

Justamente, leemos en el mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de la Paz 2021, titulado La cultura del cuidado como camino de paz: “animo a todos a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, para superar tantas desigualdades sociales. Y esto será posible sólo con un fuerte y amplio protagonismo de las mujeres, en la familia y en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales.”

¡Cuánto para aportar tenemos las mujeres en este capítulo de la historia de la humanidad que se abre si iniciamos el camino de la cultura del cuidado! Está en nuestra naturaleza femenina el cuidar de la vida engendrada, la capacidad de estar en vela junto al hijo que sufre y difenderlo si fue dañado por una injusticia, la custodia de nuestro hogar, el enseñar a caminar y tomar vuelo en la vida, el crear el clima afectivo adecuado para el florecimiento de cada uno, el pensar una educación para el desarrollo integral, la resiliencia ante las crisis… nuestras entrañas de mujer dan esto y mucho más a la cultura del cuidado.

Y como mujeres católicas tenemos a María, Estrella del Mar, que con su ejemplo y maternidad guía nuestra barca inteligente y tiernamente en medio de esta tormenta. A Ella le confío, una vez más, la respuesta que las mujeres de la UMOFC hemos de ofrecer desde nuestras familias, organizaciones, escuelas, universidades, parroquias, proyectos de evangelización y de promoción humana integral, instancias nacionales e internacionales, para desempeñar un papel insustituible en el cuidarnos unos a otros y también en el hacernos cargo del cuidado de la creación.

Por eso me animo a hacer un llamado radical para convertir la UMOFC en un HOSPITAL DE CAMPAÑA en este año 2021. Atención: ha llegado el momento de poner en acto con urgencia lo que Jesucristo nos viene pidiendo desde el inicio del pontificado de Francisco: “Yo veo claramente qué es lo que más necesita la Iglesia hoy: la capacidad de curar las heridas y de calentar los corazones de los fieles, la cercanía y la proximidad. Yo veo a la Iglesia como un hospital de campaña después de una batalla. ¡Es inútil preguntarle a un herido grave si tiene alto el colesterol o el azúcar! Hay que curar sus heridas. Después podremos hablar de lo demás. Curar las heridas, curar las heridas... Y hay que comenzar desde abajo” (Entrevista concedida a Civiltà Cattolica, agosto 2013).

No podemos volver “a la normalidad” después que se distribuya la vacuna anti Covid-19: a la “normalidad” de la crisis moral, del consumismo, de la desigualdad, de la economía engañosa del derrame, del modelo cultural basado en el egoísmo individualista, del compromiso cristiano cómodo, ¡no! Dios nos libre de regresar a ese tipo de “normalidad”. Como Presidente de la UMOFC les propongo iniciar una campaña, desde cada organización, con la modalidad propia de cada una, para transformarnos en un verdadero hospital de campaña.

Les ruego que tomemos las resoluciones votadas en la Asamblea General de Dakar para este período y respondamos con prontitud a interrogantes tales como: ¿Cómo vendar las heridas de las zonas más damnificadas por los desastres climáticos para hacernos responsables de un planeta saludable? ¿Qué cuidados proporcionamos a los miembros más vulnerables de las familias, desde la vida por nacer hasta la ancianidad? ¿Qué implementamos para erradicar la violencia que sufren mujeres y niñas sometidas a la trata, la mutilación genital o la discriminación? ¿Cómo atendemos a tantos necesitados de educación para descubrir y avanzar en el camino a la santidad?

Por favor, no hagamos oídos sordos a los gritos de los damnificados y de la creación, unámonos en una red de verdaderos hospitales de campaña a nivel de base. ¡Este es mi deseo para un Santo Año Nuevo 2021!

María Lía Zervino, Servidora

Presidente General de la UMOFC