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Mujeres de la UMOFC: orantes, fraternas y misioneras
Queridas amigas:
Estamos viviendo un año particular en la historia humana porque intentamos salir de la crisis global generada por el Covid-19. El virus empeoró las situaciones de injusticia y las tragedias que ya gran parte de la humanidad y nuestro planeta sufrían. Como nos suele recordar el Papa: de una crisis nunca se sale igual, sino mejor o peor.
Y para la UMOFC, es un año aún más especialmente particular. El Consejo de la UMOFC ha decidido extender nuestro 110° aniversario de fundación al año 2021. De este modo, a pesar de la emergencia, lo celebraremos volviendo a nuestras raíces, para obtener la “savia” que necesitamos a fin de colaborar en la transformación que hoy el mundo exige de nosotras.
Por la diversidad de culturas de las miembros de organizaciones de la UMOFC, cada mujer, cada organización, cada país o región, dará una respuesta diferente para superar la emergencia y salir mejor de la crisis respecto a la situación precedente. Sin embargo, pienso que tenemos un común denominador: el perfil de las mujeres de la UMOFC. Este perfil no es diferente de lo que hoy recuerda el Papa para la Iglesia toda: que el estilo de Jesús en el Evangelio es el de la cercanía, la compasión y la ternura. (Cfr. Ángelus del 14 de febrero 2021).
Y ese perfil, tampoco es distinto, podríamos decir, de la “savia” que emerge de nuestras raíces. Es por eso que comparto con ustedes mi reflexión de estos días sobre un texto maravilloso que Pío XII le dedicó, en 1957, al XIV° Congreso Internacional de la UMOFC. El Sumo Pontífice describe en un largo mensaje al problema de la “promoción de la mujer” y caracteriza nuestra misión y apostolado en torno a tres aspectos: el apostolado de la verdad, el apostolado del amor y el apostolado de la acción.
El apostolado de la verdad lo explicita como la relación de la mujer con Dios, su pertenencia a Cristo y su dependencia de la Iglesia. Entre sus afirmaciones, nos dice que: “no basta con conocer a María y su grandeza; también debemos acercarnos a ella y vivir en el resplandor de su presencia (para) una mejor comprensión de Cristo y una unión más intensa con sus misterios.” La conclusión que he extraído de estos puntos esenciales es que, para vivir de la mano de María, con verdad en relación a Dios, a Jesús y a la Iglesia hemos de ser MUJERES ORANTES.
Explica Pío XII que el apostolado del amor significa ayudar a las poblaciones necesitadas “sin un sentimiento de suficiencia como si ustedes tuvieran todo para donar y nada para recibir”, sino dando valor a los dones de los otros y siendo capaces de edificarse con la cercanía de los pobres e indigentes. Con nuestras categorías pastorales podemos afirmar que se trata de un impulso a vivir como MUJERES FRATERNAS.
Y exhorta a las mujeres de la UMOFC al apostolado de la acción para realizar “el gran deber misionero de todos los cristianos” (…) llevando “a los individuos, a las familias y a las sociedades la esencia de la Redención (...) a través de la acción concertada de todas las mujeres católicas que, gracias a vuestra Unión, son cada vez más conscientes de su misión común, del esfuerzo que las llama solidariamente, como miembros vivos de una misma Iglesia, a hacer penetrar en todas partes el reino de Cristo.” En otras palabras, nos anima a ser una Unión de MUJERES MISIONERAS.
Si leemos todo ese mensaje a la luz del Vaticano II, es evidente que nuestra identidad como mujeres orantes, fraternas y misioneras, está en profunda comunión con el magisterio del Papa Francisco. Les propongo que nos impregnemos de sus catequesis de los miércoles últimamente dedicadas a la oración, que renovemos el llamado a ser “samaritanas”, subrayado en los documentos Fraternidad humana (4 de febrero 2019) y Fratelli tutti (4 de octubre 2020) y que nos convirtamos en una “Iglesia en salida” para lograr “el sueño misionero de llegar a todos” (Evangelii gaudium, 31).
En línea con este programa de vida, la UMOFC celebrará el Día Internacional de la Mujer 2021, leyendo Fratelli tutti, con mujeres líderes de otras religiones, con la Consulta Femenina del Pontificio Consejo de la Cultura y en colaboración con el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso y el patrocinio de embajadas ante la Santa Sede encabezadas por mujeres, en un webinar -en inglés, francés, español e italiano, el 3 de marzo a las 9:00 CET - abierto a todo público.
En medio de la incertidumbre actual y conscientes de nuestra propia fragilidad, seamos mujeres que echan hondas raíces en la oración de cada día, que se mueven solidariamente a instancias del amor fraterno y que arden por el celo de presentar el Rostro de Cristo a todos, sin dejar a nadie atrás o de lado. Les deseo, en la proximidad a Semana Santa, que María nos enseñe a ser como Ella, para ofrecer al mundo entero, un rostro femenino de la Iglesia con cercanía, compasión y ternura.
María Lía Zervino, Servidora
Presidente General de la UMOFC