Acompañar al que sufre a renacer y pasar de la oscuridad a la luz de la esperanza en el Señor Resucitado. 

Creemos en Ti, Señor Jesús, creemos que contigo la esperanza renace y el camino sigue.

Estimadas amigas de la UMOFC: 

Inician los días del “Triduo Pascual”, días en los que recordamos la muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Empezamos con la misa del Jueves Santo que nos recuerda la última cena que Jesús tuvo con sus apóstoles, en la que instituyó la Eucaristía y el sacerdocio, así como el lavado de pies con el que le enseñó a sus discípulos y nos enseña ahora a nosotros a servir a los demás con humildad. ¿Hemos aprendido de Jesús a servir a los demás con humildad, haciendo a un lado toda clase de protagonismos?

Sigue el triduo con la Adoración Eucarística que nos recuerda cómo Jesús le pidió a los apóstoles que vigilaran y oraran con Él antes de que fuera arrestado. Nosotras estamos llamadas también hoy a orar y a permanecer vigilantes ante tantas cosas que amenazan con quitarnos la paz, la serenidad, la esperanza y hasta la fe misma. ¿Lo estamos haciendo o la agitación y las complicaciones cotidianas de la vida nos lo impiden?

El triduo continúa el Viernes Santo, día en que recordamos la pasión y muerte del Señor. Después de la misa del Jueves Santo, todo está "despojado" del altar. El tabernáculo está abierto y vacío. Es un día solemne de luto en el que ya no tenemos a Jesús, quien dio lo más preciado por nosotros, su vida misma. Es el único día del año en que no  se celebra la misa, solo la Liturgia de la Pasión de Nuestro Señor en donde  habrá una lectura del Evangelio, la Veneración de la Cruz y la Sagrada Comunión.  La Veneración de la Cruz me lleva siempre a preguntarme, cómo aceptamos nosotras las cruces que el Señor permite se nos presenten en el camino. ¿Somos, como Jesús, capaces de decir, con sinceridad: “Padre, si es posible que pase de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”? (Lucas 22:42)

El Sábado Santo Jesús está en la tumba. Nuevamente, no hay misa en la mañana: Jesús no está con nosotros. Sin embargo, más tarde, en la noche, cuando está ya oscuro, se realiza la Misa de la Vigilia Pascual: la primera misa en la que celebramos la resurrección de Jesús. Esta Misa junto con la del Domingo de Pascua representan el cúlmen de nuestra fé. ¡Jesús ha resucitado, ha vencido a la muerte y nos abre a todos las puertas del cielo!  Esto es lo que da verdadero sentido a nuestra existencia. ¿Estamos concientes de ello y lo anunciamos a los demás?

Regresando a la vigilia Pascual, analizemos uno de sus elementos. Se enciende la vela pascual simbolizando que Jesús ha vencido la oscuridad y la muerte. ¿Cuántas personas a nuestro alrededor caminan en tinieblas por no haber reconocido esta luz? Estamos haciendo lo suficiente para acercarles la luz de la fe y la esperanza que Jesús vino a traer al mundo?  

Finalmente, quiero recordar con ustedes especialmente a las mujeres que estuvieron con Jesús hasta el final. Aquellas mujeres que  no lo negaron y que tuvieron la valentía de permanecer acompañándolo en el calvario hasta el final:  Las mismas que fueron también las primeras testigos de la resurrección. ¿Cuántas personas sufren hoy en día un verdadero “calvario” por diferentes razones y necesitan encontrar, a través de nosotros, mujeres de la UMOFC,  una mano amorosa y solidaria, como la de Jesús, que se acerque para escucharlas, acogerlas, acompañarlas en su sufrimiento y ayudarlas a superar las situaciones que las afectan? ¿Cuántas necesitan recibir de nosotros el testimonio de la resurrección de Jesús: la esperanza que nos da el Señor? 

No olvidemos que Pascua significa “paso”, porque en Jesús se realizó el paso decisivo de la humanidad: de la muerte a la vida, del pecado a la gracia, del miedo a la confianza, de la desolación a la comunión. Estoy convencida de que este es el verdadero sentido que la pasión de Nuestro Señor y su resurrección deben tener para nosotros. Por ello las invito a redoblar esfuerzos en estos momentos, sin duda, complicados para la humanidad.

Como el Papa Francisco nos lo pidió el año pasado, repitamos hoy con renovada esperanza y alegría: Creemos en Ti, Señor Jesús, creemos que contigo la esperanza renace y el camino sigue. Tú, Señor de la vida, aliéntanos en nuestro caminar y repítenos, como a los discípulos la tarde de Pascua: «La paz esté con ustedes…Así como el Padre me envió también yo los envío a ustedes» (Jn 20,19.21)

¡Muy feliz Pascua para ustedes y sus familias!

Mónica Santamarina

Presidenta General de la UMOFC