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Mensaje Mensual Julio 2017

magda final

En este mes, celebramos la fiesta de Santa María Magdalena, “Apostola Apostolorum”, Apóstol de los Apóstoles. Ella fue una discípula de Jesús, siguiéndole hasta su crucifixión, y el primer testigo de su resurrección. Ella dio a los apóstoles la buena noticia de la resurrección. Esta es la razón dada por la Congregación para el Culto Divino de la Santa Sede cuando el año pasado se estableció su fiesta. Así mismo, esta decisión fomentó la atención y la reflexión sobre el papel de la mujer en la misión de la Iglesia.

Ella también es un ejemplo para nosotras, mujeres de la UMOFC, ya que queremos ser sembradoras de esperanza, lo que significa que queremos ser portadoras de Jesús y de sus palabras a un mundo oprimido por la injusticia, los conflictos, la violencia y la guerra, para construir comunidades donde la dignidad humana sea respetada, valorizada y cultivada. A veces sentimos que no estamos a la altura de tal tarea, nos damos cuenta de la brecha que existe entre nuestra realidad y la meta, y entonces nos sentimos abatidas e indignas para tal propósito. El Papa Francisco, durante una de sus audiencias, reflexiona sobre nuestro estado y nos anima: “Y ¿qué somos nosotros? Somos polvo que aspira al cielo. Débiles nuestras fuerzas, pero potente el misterio de la gracia que está presente en la vida de los cristianos. Somos fieles a esta tierra, que Jesús ha amado en cada instante de su vida, pero sabemos y queremos esperar en la transfiguración del mundo, en su cumplimiento definitivo donde finalmente no habrá más lágrimas, maldad y sufrimiento.

Que el Señor nos done a todos nosotros la esperanza de ser santos. Pero alguno de vosotros podrá preguntarme: “Padre, ¿se puede ser santo en la vida de todos los días?” Sí, se puede. “Pero ¿esto significa que debemos rezar todo el día?” No, significa que debes cumplir tu deber todo el día: rezar, ir al trabajo, cuidar de los hijos. Pero es necesario hacer todo con el corazón abierto hacia Dios, de manera que el trabajo, también en la enfermedad, incluso en la dificultad, esté abierto a Dios. Y así nos podemos convertir en santos. Que el Señor nos dé la esperanza de ser santos. ¡No pensemos que es una cosa difícil, que es más fácil ser delincuentes que santos! No. Se puede ser santos porque nos ayuda el Señor; es Él quien nos ayuda.

Es el gran regalo que cada uno de nosotros puede ofrecer al mundo. Que el Señor nos dé la gracia de creer tan profundamente en Él como para convertirnos en imagen de Cristo para este mundo. Nuestra historia necesita “místicos”: personas que rechazan todo dominio, que aspiran a la caridad y a la fraternidad. Hombres y mujeres que viven aceptando también una porción de sufrimiento, porque se hacen cargo de la fatiga de los demás. Pero sin estos hombres y mujeres el mundo no tendría esperanza. Por esto os deseo —y también deseo para mí— que el Señor nos done la esperanza de ser santos”  (Audiencia general, 21 de junio 2017).

 

ORACIÓN A SANTA MARÍA MAGDALENA

Santa María Magdalena,

mujer llena de muchos pecados, que por tu conversión

llegaste a ser una de las discípulas amadas de Jesús,

gracias por tu testimonio de fe y devoción que nos has dejado,

de que Jesús perdona

a través del milagro del amor. 

Tú, que ya posees la felicidad eterna

en su gloriosa presencia,

por favor intercede por mí,

para que abandonando también mis innumerables pecados,

pueda yo algún día compartir contigo el mismo gozo eterno.

 

Amén

 

Lectura complementaria

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2017/documents/papa-francesco_20170621_udienza-generale.html