+39 0669887260 | info@wucwo.org | Contacto
El próximo mes celebraremos nuestra Asamblea General en Dakar.
Todas las mujeres de la UMOFC están rezando para que sea un verdadero momento de comunión, intercambio, amistad, testimonio vivo de la Iglesia, esposa de Cristo, que “ha sido enviada por Cristo Resucitado a trasmitir a los hombres la remisión de los pecados, y así hacer crecer el Reino del amor, sembrar la paz en los corazones, a fin de que se afirme también en las relaciones, en las sociedades, en las instituciones” (Papa Francisco, Regina Coeli 7 abril 2013).
Y las mujeres de la UMOFC desean transmitir el amor, el perdón de Nuestro Señor, el proyecto que tiene para cada persona de buena voluntad.
“¿Cuál es el proyecto de Dios? Es hacer de todos nosotros una única familia de sus hijos, en la que cada uno le sienta cercano y se sienta amado por Él sienta el calor de ser familia de Dios. En este gran proyecto encuentra su raíz la Iglesia, que no es una organización nacida de un acuerdo de algunas personas, sino que es —como nos recordó tantas veces el Papa Benedicto XVI— obra de Dios, nace precisamente de este proyecto de amor que se realiza progresivamente en la historia. La Iglesia nace del deseo de Dios de llamar a todos los hombres a la comunión con Él, a su amistad, es más, a participar como sus hijos en su propia vida divina. La palabra misma «Iglesia», del griego ekklesia, significa «convocación»: Dios nos convoca, nos impulsa a salir del individualismo, de la tendencia a encerrarse en uno mismo, y nos llama a formar parte de su familia. Y esta llamada tiene su origen en la creación misma. Dios nos ha creado para que vivamos en una relación de profunda amistad con Él, y aun cuando el pecado ha roto esta relación con Él, con los demás y con la creación, Dios no nos ha abandonado. Toda la historia de la salvación es la historia de Dios que busca al hombre, le ofrece su amor, le acoge” (Papa Francisco, Audiencia General 29 mayo 2013).
Las mujeres de la UMOFC ansían ser el objetivo de ese amor y, al mismo tiempo, compartir, ofrecer a todos Su mensaje de salvación, su "agua viva" en cada realidad a partir de la familia que celebramos en Dublín hace unos días en Encuentro mundial de las familias.
Otras lecturas
Amoris Laetitia 109-113
Evangelii Gaudium 102-106
Gaudete et Exsultate 19-31
Laudato Sì 117-121
Testimonio - Bienaventurada Clementina Anuarite Nengapeta, mártir
Nació en diciembre de 1939 en Wamba (Congo), en una familia pagana: al nacer, su padre le dio el nombre de Nengapèta. Después de su conversión al cristianismo, ella pidió recibir el nombre de Alfonsina. Todavía joven, ingresó en la congregación belga de las Hermanas de la Sagrada Familia y casi siempre vivió en el convento. Estuvo siempre movida por un alto sentido del servicio, en humilde obediencia, participando activamente y colaborando en la vida comunitaria. El 29 de noviembre de 1964 fue capturada por los rebeldes de Simba con otras hermanas y transportada en un camión a Isiro, donde, en la noche del 1 de diciembre de 1964, se negó enérgicamente a consentir a las malvadas proposiciones del capitán Olombe. Después de recibir violentos maltratos fue brutalmente asesinada: "Prefiero morir antes que cometer pecado". Antes de sucumbir bajo los golpes del enfurecido Olombe, como Jesús en la cruz, ella perdonó a su asesino con estas palabras: "Te perdono, porque no sabes lo que estás haciendo". Murió a la edad de 25 años.
Oración oficial de las familias para el Encuentro Mundial de las Familias 2018
Dios, Padre nuestro,
Somos hermanos y hermanas en Jesús, tu Hijo,
Una familia, en el Espíritu de tu amor.
Bendícenos con la alegría del amor.
Haznos pacientes y bondadosos,
Amables y generosos,
Acogedores de aquellos que tienen necesidad.
Ayúdanos a vivir tu perdón y tu paz.
Protege a todas las familias con tu cuidado amoroso,
Especialmente a aquellos por los que ahora te pedimos:
[Hacemos una pausa y recordamos a los miembros de la familia y a otras personas por su nombre].
Incrementa nuestra fe,
Fortalece nuestra esperanza,
Protégenos con tu amor,
Haz que seamos siempre agradecidos por el regalo de la vida que compartimos.
Te lo pedimos, por Jesucristo nuestro Señor,
Amén.
María, madre y guía, ruega por nosotros.
San José, padre y protector, ruega por nosotros.
San Joaquín y Santa Ana, rueguen por nosotros.
San Luis y Santa Celia Martin, rueguen por nosotros.