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En el día de la UMOFC recordemos las intenciones para este año: Las mujeres sufrientes del mundo.
I. Se nos ha invitado especialmente en este año que al compartir la mesa del Señor contemplemos en particular la angustia de nuestras hermanas que sufren. Hoy nuevamente oramos por “todas las que están siendo abusadas, violadas, oprimidas y en situaciones que les privan de su dignidad.
Oramos por las madres que anhelan agua potable suficiente y limpia, una sanidad apropiada, suficientes alimentos y cuidados de salud para sus familias. Rezamos por los que luchan por sobrevivir, los quebrantados y alienados, los refugiados y las minorías visibles que sufren discriminación repetida, soportando el peso de la indiferencia y la opresión. Oramos por el día en que las mujeres que son iguales en capacidad tengan iguales derechos y puedan vivir en paz, alegría y armonía”. (cf. Intenciones para 2017)
II. Nos dice el Papa Francisco (24-3-2014): [...] “Es verdad, en efecto, que incluso en el sufrimiento nadie está jamás solo, porque Dios en su amor misericordioso al hombre y al mundo abraza también las situaciones más inhumanas, en las que la imagen del Creador presente en cada persona aparece ofuscada o desfigurada. Así fue para Jesús en su Pasión. En Él todo dolor humano, toda angustia, todo sufrimiento fue asumido por amor, por la pura voluntad de estar cerca de nosotros, de estar con nosotros. Y aquí, en la Pasión de Jesús, está la mayor escuela para todo el que quiera dedicarse al servicio de los hermanos enfermos y sufrientes [...] tengamos siempre presente la carne de Cristo presente en los pobres, en los que sufren, en los niños, también en los no deseados, en las personas con discapacidad física o psíquica, en los ancianos”.
Como mujeres de la UMOFC ¿tenemos siempre presente a Cristo en los sufrientes? ¿Reconocemos la Pasión de Jesús? ¿Reconocemos la carne de Cristo crucificada en cada sufriente? ¿Hacemos presente el amor de Cristo por cada sufriente? ¿Nos sentimos interpeladas en lo personal? ¿En nuestras familias? ¿En nuestras organizaciones?
III. En otra ocasión el Papa Francisco decía (12-09-2013): “Para ser buenos cristianos, contemplar la humanidad de Jesús y la humanidad sufriente. Para dar testimonio, para poder dar este testimonio. Para perdonar, contempla a Jesús sufriente. Para no odiar al prójimo, contempla a Jesús sufriente. Para no hablar contra el prójimo, contempla a Jesús sufriente. Es lo único. Esconde tu vida con Cristo en Dios: éste es el consejo que nos da el Apóstol. Es el consejo para llegar a ser humildes, mansos y buenos, magnánimos y tiernos".
Cómo mujeres de la UMOFC ¿damos testimonio de perdón? ¿De mansedumbre? ¿De ternura?
IV. “[...] cada cristiano, todos estamos llamados a acoger a los hermanos y a las hermanas que huyen de la guerra, del hambre, de la violencia y de condiciones de vida inhumanas.
Todos juntos somos una gran fuerza de apoyo para todos los que han perdido la patria, la familia, el trabajo y la dignidad .
[...] pensemos qué podemos hacer por los refugiados. Y la otra cosa es vestir a quien está desnudo: ¿qué quiere decir si no devolver la dignidad a quien la ha perdido? Ciertamente dando vestidos a quien no tiene; pero pensemos también en las mujeres víctimas de la trata, tiradas por las calles, y demás, demasiadas maneras de usar el cuerpo humano como mercancía, incluso de los menores. Así como también no tener un trabajo, una casa, un salario justo es una forma de desnudez, o ser discriminados por la raza, por la fe; son todas formas de «desnudez», ante las cuales como cristianos estamos llamados a estar atentos, vigilantes y preparados para actuar” (Papa Francisco, Catequesis 26-10-2016)
El Papa Francisco nos señala diversas formas de sufrimiento humano. Existen muchas otras en las que también como en estas la dignidad de la persona humana es vilipendiada, ignorada, pisoteada.
V. “[...]La fuerza moral de la mujer, su fuerza espiritual, se une a la conciencia de que Dios le confía de un modo especial el hombre, es decir, el ser humano. [...] especialmente a la mujer —sobre todo en razón de su femineidad [...]”. (Mulieris Dignitatem 30, JPII)
¿Somos conscientes de esta gran responsabilidad? ¿De esta misión femenina? Dios nos ha confiado los sufrientes y somos custodias y sembradoras de la esperanza. Estamos llamadas a restaurar al hombre, a curar las heridas de los sufrientes, a decir al mundo que cada persona es un don de Dios a la humanidad.
VI. Miremos a María, que estaba junto a la Cruz, acompañando a su Hijo sufriente. Pidámosle que cada mujer de UMOFC tenga un corazón de madre semejante al suyo y que podamos ser ejecutoras de su maternidad de los hombres y trasmisoras y testigos del amor de Dios a cada uno en todas nuestras obras.
VII. Lectio Divina
ORACIÓN A MARÍA, REINA DE LA PAZ, PATRONA DE UMOFC.
(Todos)
Oh Dios bondadoso, tu hijo Jesús vino a
este mundo para hacer tu voluntad y para
dejarnos Su paz.
Por la intercesión de
nuestra Bendita Madre María, Reina de
la Paz, concédenos sabiduría y humildad
a fin de hacer conocer esa paz en el mundo.
Inspira nuestros pensamientos, palabras
y acciones para ser testigos de Tu
presencia en nuestros corazones.
Que el Espíritu Santo nos colme con todas sus
gracias y bendiciones, de modo que podamos
seguir en el camino que conduce a lograr
la paz para toda la humanidad.
Amén.