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Lea a continuación la Declaración Final presentada por nuestra Vicepresidente General, Maribeth Stewart Blogoslawski, en el último día de nuestra Asamblea en Senegal.
"En el día de hoy culmina la Asamblea General de la UMOFC, luego de varios días de oración, aprendizaje, evaluación, discernimiento y proyección, en un ambiente de intercambio fraterno. El trabajo que llevamos a cabo consistió en evaluar todo lo que hemos logrado hasta ahora, y también en proyectar hacia adelante, en el contexto de nuestra realidad, una dimensión esencial para trazar el camino a seguir. Es por esta razón que este evento constituye un punto de llegada y de partida al mismo tiempo, para el cumplimiento de nuestras resoluciones recientemente aprobadas.
El lema de la Asamblea “Mujeres de la UMOFC, portadoras de “agua viva” a un mundo sediento de paz”, es una expresión que resume el compromiso que asumimos y que guiará el curso del próximo período de cuatro años que comienza, inevitablemente ligado a un tiempo de cambios vertiginosos, de grandes logros pero también de grandes contradicciones, en donde todavía hay heridas abiertas difíciles de curar para quienes “no quieren verlas”, y que llevan el nombre de pobreza, migraciones sin destino, esclavitud, discriminación, desigualdad, fragmentación social, conflicto, odio, y violencia, que generan dolor en la vida de millones de personas. Seres humanos que ven pisotear su dignidad, sus derechos y sus posibilidades de existencia.
Esta no es una visión apocalíptica del mundo, negativa o desalentadora, sino una visión que reconoce los logros, y la multiplicidad de avances que se vislumbran para el mejoramiento de la calidad de vida de los seres humanos, priorizando a aquellos que no gozan de tales beneficios.
El anhelo de paz, una aspiración que se remonta a los orígenes de la historia, y que se predica repetitivamente, es una y otra vez demorado por nuestra propia ceguera, que no comprende que es imposible de alcanzar sin justicia y sin solidaridad, y esto es una tarea de construcción común que solamente puede avanzar en la medida en que reconozcamos que solo “en” y “desde” ella podemos consolidarla.
El Papa Francisco nos llama a ser “cántaros” (Evangelii Gaudium No. 86) si queremos ser fieles a nuestra fe. Es el “agua viva” del Señor, es esa Buena Nueva que siempre es Nueva, al alcance de todos y válida para todos los tiempos. Nosotras tenemos que renovarla en nosotras mismas y en nuestro tiempo según la lectura de los “signos” (Lucas 12, 54-56). Esto significa tener una actitud permanente de conversión y de discernimiento evangélico.
Hoy partimos desde Dakar, cada una portando su “cántaro” con “agua viva”, que se convertirá en un oasis en el desierto para todos aquellos sedientos de agua, comida, familia, calor de hogar y sentido de vida. A la desertificación de la naturaleza, debemos añadir también la desertificación de las personas que fueron arrastradas a la desesperación y de aquellas que viven ancladas en el presente, presas de la superficialidad, sin sentido de pertenencia, sin sentido de vida. A este mundo, el mundo de hoy, al cual pertenecemos, tenemos que llevar nuestro mensaje de paz.
Con este espíritu de servicio, que debe expresarse, como nos dice el Papa Francisco a través de “Una auténtica fe —que nunca es cómoda e individualista— siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra.” (Evangelii Gaudium No. 183), la UMOFC se compromete durante este cuatrienio 2018-2022 a trabajar específicamente, sin dejar de lado otras necesidades presentes en nuestras áreas locales, sobre nuestras resoluciones:
1- UN PLANETA SALUDABLE DEPENDE DE TODOS NOSOTROS.
2- CUIDEMOS A LA FAMILIA EN SITUACIONES DIFÍCILES, ESPECIALMENTE A SUS INTEGRANTES MÁS VULNERABLES
3- ELIMINEMOS LA DISCRIMINACIÓN Y VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
4- EDUQUEMOS PARA RESPONDER AL LLAMADO A LA SANTIDAD
Nuestro lema, presente en el logo de esta Asamblea General, ilustra a mujeres de la UMOFC , de diferentes continentes, mujeres de mentes ágiles, en diálogo, valientes, llenas de esperanza, determinadas, creativas, unidas, fraternales, que disciernen y se sienten seguras porque beben del “agua viva” y la comparten, confiando y siendo confidentes para otros, en actitudes, palabras, acciones, porque esta es la respuesta a la humanidad sedienta de paz, sedienta de Dios.
Nos vamos de esta Asamblea respondiendo a nuestro lema con el compromiso hecho al unísono: estamos “en camino”, listas para llevar los cántaros de “agua viva”, cantando el aleluya de la Buena Nueva: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10)."