+39 0669887260 | info@wucwo.org | Contacto
Los contactos se retomaron para la reanudación del trabajo internacional.
En 1946, las Naciones Unidas crearon la comisión sobre el Estado de las Mujeres antes de adoptar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre de 1948.
Undécimo Congreso Internacional en Roma precedido de una semana de estudio “La contribución de las Mujeres Cristianas a la Comunidad Humana”. Para poder obtener el estatus consultivo con la UNESCO, la “Sección Joven” se separó de la Unión para convertirse en la Federación Mundial de las Mujeres Jóvenes Católicas. Sin embargo, mantuvo estrechas relaciones con la UILFC y su presidenta participó a las reuniones de la Junta. El mismo año, IUCWL obtuvo el estatus consultivo en la ECOSOC.
En los años siguientes, UILFC obtuvo el estatus consultivo en otras agencias de la ONU. Aunque la UILFC, en el periodo entre las dos guerras se hizo oír en la Liga de Naciones, fue a partir de esta fecha cuando las representantes de la IUCWL, y más tarde UMOFC, hicieron que se escuchara la voz de las mujeres católicas de manera continua en los centros Internacionales de Nueva York, Ginebra, Viena, Roma, París y Estrasburgo.
Se involucró en un creciente número de áreas. Su participación en la Comisión sobre el Estatuto de la Mujer puso a IUCWL en una posición privilegiada para poder hacer resonar la voz de las mujeres católicas. Tomando parte en la vida internacional, las mujeres de IUCWL eran fieles a las palabras expresadas por su Santidad Pío XII durante una audiencia con él:
“…Bajo la apariencia de querer defender a la Iglesia del peligro de perderse en la esfera de lo ‘temporal’, una expresión aparecida hace algunos años continua a tener éxito: volver a la pureza ‘espiritual’…La expresión debería ser otra: por la Fe, por Cristo, en la medida de lo posible, presencia en todos los lugares dónde los intereses vitales son objeto de discusión…en todo lugar dónde se forja a través de la educación el alma de un pueblo…”
Semana de Estudio en Friburgo (Suiza) para preparar el Consejo Internacional del siguiente año.
Duodécimo Consejo Internacional en Friburgo (Suiza): “Vida Internacional”.
Una declaración señaló una nueva situación en la que las mujeres católicas tenían un papel personal a desempeñar en una comunidad nueva internacional en desarrollo. Su responsabilidad era estar presente “para desarrollar y afirmar, según las oportunidades, los derechos y las exigencias de una conciencia católica internacional frente a la opinión general.”
Se realizaron otros trabajos sobre los estatutos y el borrador fue enviado a la Secretaría de Estado con el fin de infórmale antes de diseñar el documento final que debería ser votado en 1952.
En octubre de 1951, monseñor Montini (que llegó a ser más tarde el Papa Pablo VI) contestó personalmente, comentando varios puntos. En particular, subrayó la importancia de tener más miembros elegidos en la Junta y menos ex officio. Preguntó si no era preferible elegir a la Presidenta desde el Consejo (llamado después Asamblea General) en vez de ser elegida por el Oficio. Esta última sugerencia no fue seguida y la Presidenta fue elegida por el Oficio, como establecido en el documento borrador. Ya no sería nombrada por la Santa Sede sino elegida entre tres candidatas propuestas por la UMOFC a la Secretaría de Estado.