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Jacopo del Sellaio (Florencia 1442 – 1493), El triunfo de Mardoqueo, c. 1485, temple sobre tabla, 44,5 cm x 60 cm, Florencia, Galería Uffizi.
Mes de mayo.
Mujeres del Antiguo Testamento: Ester.
La historia de Ester se cuenta en el libro del mismo nombre de la Biblia. Consta de 10 breves capítulos que hablan de Amán, un poderoso príncipe de la corte del rey Asuero (más conocido por el nombre de Jerjes), y de su malvada intención de aniquilar a todos los judíos que vivían en territorio persa, para vengarse de Mardoqueo, un judío que se había negado a postrarse a sus pies.
La intervención de Dios en favor de su pueblo se produjo a través de Ester, una joven judía elegida por el rey como reina y que era sobrina de Mardoqueo, quien la había adoptado como su hija y la había criado bajo su tutela.
El pequeño cuadro, que no es fácil de leer, presenta básicamente a tres personajes: Mardoqueo, la reina Ester y el rey Asuero. Ester no es la protagonista absoluta, aunque aparece tres veces en la tabla (es reconocible por su vestido blanco y su corona con un ala roja). Esto se debe a que el cuadro representa varios episodios -los últimos- de la historia narrada en el libro bíblico: Ester y Mardoqueo en la escalera, en el fondo, el triunfo de Mardoqueo en su caballo y con el manto y la corona del rey, a la izquierda (cf. Ester 6, 6-11), la muerte de Amán, al fondo a la izquierda, más allá del arco (el episodio se narra en el capítulo 7 del libro), el homenaje del rey Asuero y de la reina Ester a Mardoqueo, en el primer plano a la derecha.
El cuadro en cuestión es el último de una serie de cinco que Jacopo del Sellaio pintó para decorar, probablemente, una cómoda destinada a contener la dote de alguna noble florentina.
Los otros cuatro (dos se conservan en la Galería Uffizi, un tercero en el Louvre de París y el cuarto en el Museo de Bellas Artes de Budapest) representan respectivamente:
- El banquete de Asuero (https://www.uffizi.it/en/artworks/banquet-ahasuerus)
- El banquete de Vasti (https://www.uffizi.it/en/artworks/banquet-vashti)
- Ester ante el rey Asuero (https://www.mfab.hu/artworks/esther-before-ahasuerus/)
- Ester coronada por Asuero (https://collections.louvre.fr/ark:/53355/cl010060191)
La singularidad de este excepcional grupo de pinturas pone de relieve un aspecto muy extendido durante el Renacimiento: la figura de Ester se convirtió en un ejemplo de esposa virtuosa, capaz de interceder ante su marido en favor de su pueblo, respetando la verdad y denunciando la mentira y la violencia.
Ester es la que pudo anular el destino que, debido a la maldad de Amán, ya había decidido el exterminio del pueblo judío en todo el imperio persa y había fijado una fecha: ¡el 13 del mes de Adar! Gracias a la súplica de Ester, que intercede por su pueblo y cambia el corazón del rey y el curso de la historia, los judíos de Susa y todo el imperio se salvan y pueden seguir viviendo en paz. La súplica de Ester fue valiente, porque la ley le prohibía -bajo pena de muerte- acudir al rey a menos que fuera expresamente invitada. Sin embargo, después de tres días de ayuno, toma la decisión y va. Va, organiza un banquete para el rey y sus dignatarios, denuncia el engaño de Amán, intercede por su pueblo, exalta la lealtad de Mardoqueo y obtiene venganza de Asuero y la salvación de todos los judíos.
Incluso hoy, después de más de 2.500 años, los judíos recuerdan este hecho en la fiesta de Purim. Tras un día de ayuno, el 13 de Adar, llega por fin el día de la fiesta, durante el cual los judíos deben asistir a la lectura íntegra del Libro de Ester (es uno de los preceptos obligatorios), pero también donar a los necesitados, enviar alimentos a dos personas diferentes y participar en un banquete festivo. La esencia de la fiesta encuentra su origen en el Libro de Ester, donde en el capítulo 9 (vv. 17-32) se describen con precisión el significado y el ritual de la propia fiesta.
Ester, una de las muy pocas mujeres que dan nombre a un libro de la Biblia, se nos presenta así como una auténtica heroína.
Una propuesta para este mes de mayo: tomemos la Biblia en nuestras manos y leamos (o releamos) la historia de Ester, acompañados por las evocadoras representaciones de Jacopo del Sellaio. De este modo podemos profundizar en el conocimiento de una gran mujer que marcó la historia de todo un pueblo.
(Contibución de Vito Pongolini)