+39 0669887260 | info@wucwo.org | Contacto
Hagamos visibles a las invisibles.
Queridas amigas:
El Papa Francisco nos señaló en Gaudete et exsultate a los santos “de la puerta de al lado”, refiriéndose a personas que, diariamente y sin que nadie lo advierta, viven respondiendo al llamado a la santidad. Con frecuencia se trata de mujeres que, por su bajo perfil, son “invisibles” no sólo para la prensa sino también para muchos de los que las rodean. Y lo mismo sucede con las mujeres más vulnerables. La situación de dolor, de carencias y angustias en que están inmersas, no es visible, no es noticia. Convivimos con mujeres que llevan adelante buenas prácticas y con mujeres que padecen esclavitudes modernas pero que para la mayoría de sus contemporáneos son mujeres “invisibles”.
El Consejo de la UMOFC ha tomado una decisión: hacer visibles a los millones de mujeres “invisibles”. Se trata, en primer lugar, de servir a las mujeres que más sufren, las perseguidas por su fe, las que no logran enviar sus hijos a la escuela por falta de recursos, las que corren peligro de violencia doméstica, las niñas y jóvenes que han sido abusadas, las jefas de hogar que teniendo que salir a trabajar se ven obligadas a dejar solos a sus hijos, las que no cuentan con recursos sanitarios suficientes para llevar adelante su embarazo, las adolescentes pobres que son vendidas con el fin de contraer matrimonio, las que no tienen agua potable sino a kilómetros de distancia de su hogar, las migrantes forzosas y las refugiadas, las ancianas en soledad, las mujeres en situación de calle, etc.
También es necesario recoger los proyectos puestos en práctica por mujeres que alivian el dolor de los damnificados o descartados, que cuidan de los más necesitados y custodian el planeta, que evangelizan y entregan su vida para que los derechos humanos sean respetados, desde el seno de la madre hasta la muerte natural. Las mujeres que más sufren y las que abogan por los más vulnerados y el cuidado de nuestra Casa Común necesitan tener voz, expresarse y ser escuchadas, para movilizar a la Iglesia, a los gobiernos y a las organizaciones de la sociedad civil a atender a sus carencias y a aprender de las soluciones que ellas adoptan con éxito.
¿Quién si no es la UMOFC, que es un observatorio existencial de las mujeres del mundo, puede canalizar las penurias, los sueños y las realizaciones de las mujeres “invisibles”? La UMOFC, como única asociación pública internacional de fieles reconocida por la Santa Sede que se dedica a las mujeres, ha creado, de modo experimental, el OBSERVATORIO MUNDIAL DE LAS MUJERES (OMM). La creación del OMM fue a impulsos del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y cuenta con el aliento del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Ha comenzado por la región latinoamericana, en alianza con el Observatorio socio-antropológico pastoral del CELAM y paulatinamente se piensa extender a otras regiones del mundo.
Queridas miembros de las organizaciones de la UMOFC: ha llegado el momento de aunar nuestras fuerzas para que las mujeres más vulnerables se expresen y sean escuchadas. Debemos estrechar nuestro abrazo en torno a “las invisibles” para juntas, ser LA VOZ DE LAS MUJERES. Las invito a dedicar oración, tiempo y dinero para que, focalizadas en un mismo objetivo podamos mostrar al mundo nuestro empeño. MUJERES ¡hablemos claro!
Cada mañana, al despertar, recuerdo que hay 45 millones de personas víctimas de trata que también se están despertando, pero en esclavitud. El 72% son mujeres y niñas. También las recuerdo en mi oración de la noche y le pido a la Virgen por ellas. Supongo que a ustedes le sucederá algo parecido. Además, tantas de ustedes están comprometidas en promover la dignidad de las mujeres. Sin embargo, todo lo hecho hasta ahora es insuficiente. Nuestra Unión, a mi modo de ver delante de Dios, requiere responder a las exigencias del amor misericordioso de Jesús como lo haría su Madre, focalizándonos en este gran proyecto: el Observatorio Mundial de las Mujeres.
Nuestra poderosa hermana mayor, la Sierva de Dios Pilar Bellosillo, sea quien presente la oración de todas nosotras en este mes de octubre, ante la Providencia Divina, para que el Señor nos permita ser generosas en nuestra entrega a las mujeres más vulnerables. Pilar entregó su vida a Jesús, por la causa de las mujeres y la causa de la justicia. Si estamos embarcadas en el Observatorio, no me cabe duda que es por intercesión suya. Agradezcámosle y pidámosle que continúe guiando nuestros pasos.
Para animarnos a hacer visibles a las invisibles, recomiendo que recemos todo el capítulo 25 del evangelio de San Mateo dónde Jesús nos dice: "En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt. 25, 40). Las saludo con afecto
María Lía Zervino, Servidora
Presidente General de la UMOFC