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Korand Witz (Rottweil c.1400 – Bale c.1445), El rey Salomón ante la reina de Saba, 1435, madera de roble, 85,8 x 80,3 cm, Berlín, Gemäldegalerie.
Mes de septiembre.
Mujeres del Antiguo Testamento: La Reina de Saba.
«Cuando la reina de Saba oyó de la fama de Salomón, por causa del nombre del Señor, vino a probarle con preguntas difíciles. Y vino a Jerusalén con un séquito muy grande, con camellos cargados de especias, y gran cantidad de oro y piedras preciosas. Cuando vino a Salomón, habló con él de todo lo que tenía en su corazón. Y Salomón contestó todas sus preguntas; no hubo nada tan oscuro que el rey no pudiera explicárselo.
Jan van Scorel (Schoorl 1495 - Utrecht 1562), Rut y Noemi en el campo de Booz, 1530/40, óleo sobre lienzo, 70,5 x 57,5 cm, Viena, Kunsthistorisches Museum.
Mes de agosto.
Mujeres del Antiguo Testamento: Rut y Noemí.
La historia de Rut se cuenta en sólo cuatro capítulos. Un pequeño libro, que lleva su nombre, para una gran historia, un pequeño libro protagonizado por dos mujeres: Rut y Noemi, su suegra. Los destinos de las dos mujeres se cruzan en Moab, donde Noemi ha emigrado con su marido desde Belén para escapar de la hambruna. Allí se casan los dos hijos y una de las dos novias es Rut. Tras la muerte de su marido y de sus hijos, Noemi (que cambia de nombre: ya no es Noemi = alegría, gozo, sino Mara = amarga, infeliz) regresa a Israel y deja libres a sus dos nueras.
Luca Giordano (Nápoles 1634 – 1705), La prudente Abigail, 1696-97, óleo sobre lienzo, cm 216 x 362, Madrid, Museo del Prado.
Mes de julio.
Mujeres del Antiguo Testamento: Abigail.
Sin pérdida de tiempo, Abigail tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco carneros adobados, cinco bolsas de grano tostado, cien racimos de pasas de uva y doscientas tortas de higo, y los cargó sobre unos asnos. Luego dijo a sus servidores; «Adelántense ustedes, y yo iré detrás». Pero no le avisó nada a su esposo Nabal.
Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1618 – 1682), Rebeca y Eliezer, c. 1660, óleo sobre lienzo, 108 cm x 151,5 cm, Madrid, Museo del Prado
Mes de junio.
Mujeres del Antiguo Testamento: Rebeca.
Tomó el siervo diez camellos de los de su señor y de las cosas mejores de su señor y se puso en marcha hacia Aram Naharáyim, hacia la ciudad de Najor. Hizo arrodillar a los camellos fuera de la ciudad junto al pozo, al atardecer, a la hora de salir las aguadoras, y dijo: «Señor, Dios de mi señor Abraham: dame suerte hoy, y haz favor a mi señor Abraham. Voy a quedarme parado junto a la fuente, mientras las hijas de los ciudadanos salen a sacar agua. Ahora bien, la muchacha a quien yo diga “Inclina, por favor, tu cántaro para que yo beba”, y ella responda: “Bebe, y también voy a abrevar tus camellos”, ésa sea la que tienes designada para tu siervo Isaac, y por ello conoceré que haces favor a mi señor.» Apenas había acabado de hablar, cuando he aquí que salía Rebeca, hija de Betuel, el hijo de Milká, la mujer de Najor, hermano de Abraham, con su cántaro al hombro. La joven era de muy buen ver, virgen, que no había conocido varón. Bajó a la fuente, llenó su cántaro y subió. El siervo corrió a su encuentro y dijo: «Dame un poco de agua de tu cántaro.» «Bebe, señor», dijo ella, y bajando en seguida el cántaro sobre su brazo, le dio de beber. Y en acabando de darle, dijo: «También para tus camellos voy a sacar, hasta que se hayan saciado» (Génesis 24, 10-19).
Jacopo del Sellaio (Florencia 1442 – 1493), El triunfo de Mardoqueo, c. 1485, temple sobre tabla, 44,5 cm x 60 cm, Florencia, Galería Uffizi.
Mes de mayo.
Mujeres del Antiguo Testamento: Ester.
La historia de Ester se cuenta en el libro del mismo nombre de la Biblia. Consta de 10 breves capítulos que hablan de Amán, un poderoso príncipe de la corte del rey Asuero (más conocido por el nombre de Jerjes), y de su malvada intención de aniquilar a todos los judíos que vivían en territorio persa, para vengarse de Mardoqueo, un judío que se había negado a postrarse a sus pies.
©Pinacoteca di Brera, Milano
Giovan Francesco Barbieri, conocido como Guercino (Cento 1591 – Boloña 1666), Abraham repudia a Agar e Ismael, 1657, óleo sobre lienzo, 115 cm x 152 cm, Milán, Pinacoteca de Brera.
Mes de abril.
Mujeres del Antiguo Testamento: Agar.
El origen de este cuadro es bien conocido. Fue encargado por la comunidad de Cento, que quería rendir homenaje al cardenal legado de Ferrara, Lorenzo Imperiali. No sabemos el motivo de la elección del tema, pero sí sabemos que lo que nos muestra el cuadro está narrado en el capítulo 21 del Libro del Génesis. Ya en el capítulo 16 se cuenta que Sara, la mujer de Abraham, al no poder tener hijos, le sugirió a su marido que le diera un hijo a su esclava Agar para que su marido pudiera tener una descendencia. Esto se cumple y, aunque hay cierta tensión entre las dos mujeres, se suaviza por la intervención del ángel del Señor. “Agar dio a luz un hijo a Abraham, y Abraham llamó al hijo que Agar le había dado Ismael. Tenía Abraham 86 años cuando Agar le dio su hijo Ismael” (Gén 16, 15-16).
Sandro Botticelli (Florencia 1445 – 1510), Retorno de Judit a Betulia, 1572, temple sobre tabla, 31 x 25 cm, Florencia, Galería de los Uffizi
Mes de marzo.
Mujeres del Antiguo Testamento: Judit.
Toda la historia de Judit se narra en el breve libro de la Biblia que lleva su nombre. En 16 capítulos se desarrolla la historia de la llegada del ejército asirio a Israel, el orgullo y la arrogancia mostrados por Holofernes, comandante supremo de Nabucodonosor, y su decisión de asediar la ciudad de Betulia, ocupando en particular los acueductos y las fuentes de agua de los israelitas.
© KHM-Museumsverband
Jacopo Robusti, conocido como Tintoretto (Venecia 1518 – 1594), Susana y los viejos, 1555-56, óleo sobre lienzo, 187 cm x 220 cm, Viena, Kunsthistorisches Museum.
Mes de febrero.
Mujeres del Antiguo Testamento: Susana.
Vivía en Babilonia un hombre llamado Joaquín. Se había casado con una mujer llamada Susana, hija de Jilquías, que era muy bella y temerosa de Dios; sus padres eran justos y habían educado a su hija según la ley de Moisés. Joaquín era muy rico, tenía un jardín contiguo a su casa, y los judíos solían acudir donde él, porque era el más prestigioso de todos. Aquel año habían sido nombrados jueces dos ancianos, escogidos entre el pueblo, de aquellos de quienes dijo el Señor: «La iniquidad salió en Babilonia de los ancianos y jueces que se hacían guías del pueblo». Venían éstos a menudo a casa de Joaquín, y todos los que tenían algún litigio se dirigían a ellos. Cuando todo el mundo se había retirado ya, a mediodía, Susana entraba a pasear por el jardín de su marido. (Daniel 13, 1-7)
©Museo Nacional del Prado ©Archivo Fotográfico Museo Nacional del Prado
Paolo Caliari, conocido como Paolo Veronés (Verona 1528 – Venecia 1588), Moisés salvado de las aguas, hacia 1580, óleo sobre lienzo, 57 cm x 43 cm, Madrid, Museo del Prado
Enero.
Mujeres del Antiguo Testamento: La hija del Faraón
Un hombre de la casa de Leví fue a tomar por mujer una hija de Leví. Concibió la mujer y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso lo tuvo escondido durante tres meses. Pero no pudiendo ocultarlo ya por más tiempo, tomó una cestilla de papiro, la calafateó con betún y pez, metió en ella al niño, y la puso entre los juncos, a la orilla del Río. La hermana del niño se apostó a lo lejos para ver lo que le pasaba. Bajó la hija de Faraón a bañarse en el Río y, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla del Río, divisó la cestilla entre los juncos, y envió una criada suya para que la cogiera. Al abrirla, vio que era un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: «Es uno de los niños hebreos.» Entonces dijo la hermana a la hija de Faraón: «¿Quieres que yo vaya y llame una nodriza de entre las hebreas para que te críe este niño?» «Vete», le contestó la hija de Faraón. Fue, pues, la joven y llamó a la madre del niño. Y la hija de Faraón le dijo: «Toma este niño y críamelo que yo te pagaré.» Tomó la mujer al niño y lo crio. El niño creció, y ella lo llevó entonces a la hija de Faraón, que lo tuvo por hijo, y le llamó Moisés, diciendo: «De las aguas lo he sacado.» (Éxodo 2, 1-10)
© Brukenthal National Museum
Jacob Jordaens (Amberes, Bélgica 1593 – 1678), La Sagrada Familia, hacia 1625-30, óleo sobre lienzo, 113,1 cm x 118,5 cm, Sibiu, Rumania, Museo Nacional Brukenthal.
Diciembre.
Concluimos nuestro viaje en el que nos ha acompañado la figura de San José, que era el guardián de la Sagrada Familia. Y lo hacemos con la ayuda de un cuadro que es en cierto modo excepcional. Fue pintado por uno de los pintores más importantes de Amberes, segundo en fama solo después del gran Peter Paul Rubens, de quien se convirtió en el principal colaborador tras la marcha de Anthony Van Dick a Italia.
© KHM-Museumsverband - https://www.khm.at/en/objectdb/detail/318/?offset=2&lv=list
Agnolo di Cosimo, conocido como Bronzino (Monticelli, Italia 1503 – Florencia, Italia 1572), Sagrada Familia con Santa Ana y el infante San Juan, hacia 1540, óleo sobre tabla de álamo, 126,8 cm x 101,5 cm, Viena, Kunsthistorisches Museum.
Noviembre.
Este mes contemplamos un cuadro de la época de la madurez de Bronzino, que se convirtió en uno de los pintores favoritos de los Médici, la familia que gobernaba Florencia. El hecho de que el pintor fuera entonces famoso lo demuestra también el hecho de que el cuadro está firmado: en la piedra bajo el pie izquierdo de Jesús se lee BROZINO FIORETINO.
Image © website Museo Nacional del Prado
Bartolomé Esteban Murillo (Sevilla 1617 – 1682), Sagrada Familia del pajarito, hacia 1650, óleo sobre lienzo, 144 cm x 188 cm, Madrid, Museo del Prado.
Octubre.
Contemplar este cuadro siempre produce una gran alegría, porque el pintor privilegió la dimensión sencilla y cotidiana de la vida de la familia de Jesús, que finalmente había regresado a Nazaret, como lo demuestran las herramientas de carpintero a la derecha del cuadro.